Lina Meruane
En 1993, se instauró el Premio Sor Juana Inés de la Cruz para la mejor obra escrita por una autora durante el año. El premio se entrega en la FIL Guadalajara y lo han ganado, entre otras, autoras como Angelina Muñiz-Huberman, Marcela Serrano, Tatiana Lobo, Elena Garro, Alicia Yañez Cossio, Laura Restrepo, Silvia Molina, Sylvia Iparraguirre, Cristina Rivera Garza (dos veces), Ana Gloria Moya, Margo Glantz, Cristina Sánchez-Andrade, Paloma Villegas, Claudia Amengual, Tununa Mercado, Gioconda Belli, Claudia Piñeiro y Almudena Grandes. Este año el premio, que incluye 10,000 dólares, fue para la narradora chilena Lina Meruane y su novela Sangre en el ojo (Eterna cadencia)
Así lo comenta El Informador:
En medio de la amenaza del huracán Sandy en Nueva York, Lina Meruane recibió la buena noticia: es ella la ganadora del XX Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz, que será entregado el próximo 28 de noviembre en el marco de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara.
La narradora chilena recibirá el galardón dotado con 10 mil dólares gracias a su novela Sangre en el Ojo (Eterna Cadencia, 2012), a la que el jurado conformado por los escritores Yolanda Arroyo Pizarro, Antonio Ortuño y Cristina Rivera Garza, calificó como una obra “sobrecogedora, formalmente arrojada, que ofrece una antropología interna de su narradora y una reflexión del tiempo que pasa por su cuerpo y su conciencia, y que equilibra con gran talento la búsqueda de un lenguaje personal con la seducción narrativa”.
Sangre en el Ojo es la historia de Lucina, “una chica que se queda ciega y tiene que tramitar todo ese periodo de la ceguera y las intervenciones médicas que vienen a continuación”, contó Lina en un enlace telefónico hasta su casa en Nueva York, donde reside la escritora desde hace 12 años.
“Es una reflexión sobre el lugar del enfermo, que normalmente vemos como víctima, pero que en realidad también puede ser un personaje mucho más poderoso de lo que creemos, porque genera respuestas en los otros alrededor”, agregó; “es darle vuelta a la enferma como víctima y mostrar ese otro posible lugar: uno más poderoso y a veces más despiadado”.
El disparador para escribir esa novela, contó la autora, tuvo que ver con un evento autobiográfico, ya que ella misma sufrió de ceguera temporal. De ahí que le interesara recoger esa experiencia “un poco extraña” y “casi surreal”, pero después desplazarse a lugares más siniestros: “es un trabajo que va de la autobiografía, moviéndose lenta pero inequívocamente hacia un terreno más ficcional y más violento, más brutal”.
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Ya en 2007 Meruane había sido finalista del Premio Sor Juana Inés de la Cruz con su novela Fruta podrida, pero en aquella ocasión resultó ganadora la nicaragüense Gioconda Belli. Por eso la segunda nominación tomó a la chilena por sorpresa, quien de cualquier manera ya tenía asegurado su boleto al encuentro literario por ser parte de la delegación de Chile, el país invitado en esta vigésimo sexta edición de la FIL.