viernes, 21 de agosto de 2009

DESPEDIDA


Cuando ya te hayas marchado,
quedará el silencio obscuro de mi tiempo,
quedará suspendido el arcoiris
en el llanto pasajero de la lluvia,
y la rosa tímida, implorante,
dejará caer sus pétalos
sobre le piso invernal de mi existencia.

Cuando ya te hayas marchado,
mis manos tamblarán de mil caricias,
y de mis ojos brotarán silentes
viejas lágrimas
alguna vez ya retenidas,
y el infinito azul de mi esperanza
buscará el retorno gris de su pasado
en doliente fracaso por tu ausencia.

Cuando ya te hayas marchado,
sellaré mis labios para siempre
con el último beso del amor,
y esperaré paciente que tus manos
me convoquen hacia el sol del infinito,
y junto caminemos por la noche
escuchando el latir del corazón.

Cuando ya te hayas marchado,
tu sonrisa infantil, diáfana y triste,
partirá volando
a la caza de un destino intangible,
y el silencio guardará el secreto
de tu brisa tibia y perfumada
con el roce suave de tu piel
ya calcinada,
por el fúnebre adios, por el olvido.

jueves, 13 de agosto de 2009

Acteal: impunidad entronizada


La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, determinó por mayoría amparar a 26 de los involucrados en la matanza de Acteal, 20 de los cuales fueron puestos en libertad inmediatamente.

DÉCIMA:

LA CORTE DE LA INJUSTICIA
HA RESUELTO SOBRE ACTEAL
LIBERANDO TODO EL MAL
CON RESONANTE ESTULTICIA.
LA DELIRANTE MALICIA
DE LOS MINISTROS TOGADOS
HA DEJADO ANONADADOS
A LOS QUE SOBREVIVIERON
Y QUE CON SUS OJOS VIERON
SUS HERMANOS MASACRADOS

(Lourdes Aguirre Beltrán)

lunes, 10 de agosto de 2009

UN POEMA POR LA JUSTICIA. (A los niños de Hermosillo)


Ratas bajo las piedras
mordieron sagrada blancura
suciedad voraz arrancó existencias
lenguas en viernes negro de horror
callaron risas y promesas

Dormida la mujer de la espada
su balanza ciega descansa
es una estatua inanimada
porque sus venas aguardan soplo
no tiene corazón, precisa el tuyo

Tu puño encierra el latido
¡levanta tu voz! es su sangre
la terca conciencia su ritmo
marchemos sobre las guaridas
saquemos alimañas de sus cloacas
DALE LATIDO

¿Crees que al roedor le duele la peste?
¿Piensas que Dios-Karma-el cielo
abrirá misteriosos caminos
mientras anestesias tu humanidad?
Entiende esta red que pende
es la vida

Entreabre el ojo
dolerá la ajena herida
ayer fueron los hijos de Sonora
mañana el signo de interrogación
podría hundirsete hasta el hueso

(Sergio Rodríguez)

sábado, 8 de agosto de 2009

¿Y para qué queremos ser libres?


El hombre, por su calidad humana, ejerce a plenitud ciertos derechos que la misma sociedad le otorga desde el momento mismo de su nacimiento. Uno de esos derechos es el ejercicio de su libertad.

Hablar sobre la libertad implica penetrar al mundo subjetivo del hombre y tratar de encontrar su connotación justa y adecuada. Para lograrlo, será necesario elaborar un marco teórico que arranque desde la sumisión inherente a la esclavitud en que se ha debatido el ser humano, como víctima de religiones y sistemas fascisto-dictatoriales, así como de mentalidades paranoicas y con complejos mesiánicos; sistemas dominados aún por un pensamiento salvaje.

Afirma Botempelli que “… el hombre libre no quiere dominar a otro; la libertad está idéntica a la antítesis esclavitud-mando. El mando no es más que una forma del espíritu de sujeción, porque el dominador es aquel que no sabe sentirse individuo sino en función de otros, el dominado” Sin embargo, pese a dicha aseveración, la esclavitud es un acto de sometimiento y explotación que se ha dado desde tiempos remotos. Cuando el hombre empezó a concebir la idea de dominar a sus semejantes a fin de alcanzar metas de sublimación, principió la arbitrariedad y el atropello que viola los derechos de los demás. La ley del más fuerte, propia de la selva, fue la que imperó justificándose por la idea dominante de la existencia de una raza superior y muchas inferiores que deberían ser sometidas para el servicio caprichoso de aquélla.

Así se han dado enfrentamientos, luchas o guerras de consecuencias funestas; así han surgido imperios, sistemas podridos por afanes personalistas o de grupos selectos que limitan o violan el derecho más elemental del hombre: la libertad.

Para conservar su dominio denigrante, establecieron prohibiciones tan aberrantes como si se sintieran capaces de controlar los más mínimos movimientos de los sometidos; prohibiciones tan estúpidas como no tener el derecho a reunirse con sus iguales en condición, a no expresar ideas contrarias a los clichés sistemáticos que lo aprisionaban ni a exigir las condiciones mínimas para alcanzar la dignidad de un ser humano. Así quedaban cautivos de unas leyes elaboradas por y para la conveniencia de quienes ostentaran el poder.

Cuando los grupos oprimidos adquirieron conciencia de sus derechos, tuvieron nacionalistas aspiraciones y concibieron en toda su pureza la concepción de honor y patria, surgió el romanticismo refulgente y prometedor de superiores estados de existencia. Así surge el movimiento liberal de una sociedad europea humillada por un despotismo corrupto y denigrante y que culmina con la toma de La Bastilla, su símbolo opresor, auspiciado por las ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Ese romanticismo pronto llegó a nuestro continente americano y es cuando los pueblos que se encontraban desde el siglo XVI postrados ante la dominación política, económica y religiosa de una España decadente, se sublevan para alcanzar su autonomía plena.

México inicia su movimiento libertario en 1810 y lo culmina en 1821. A partir de entonces se han suscitado movimientos armados que pretenden resguardar nuestra soberanía: 1847, la gesta heroica de Chapultepec; 1857, la Guerra de Reforma; 1910, la Revolución Mexicana; movimientos en que han ofrendado su vida una pléyade de hombres y mujeres en aras de la libertad.

Vivimos momentos de crisis, tiempos de ocasión para reciclarse las fuerzas obscuras del conservadurismo, una derecha retardataria alimentada con afanes de sumisión y entreguismo a capitales extranjeros. Ayer recibimos libertad. Hoy, a manera de interrogante, ¿legaremos dependencia humillante? ¿Hasta cuándo dejaremos de recomenzar nuestro ciclo de espanto?

miércoles, 5 de agosto de 2009

SOY JUGLAR


Francisco Rivas Linares

Soy juglar,
de los que llevan su canto
a través del continente de tu cuerpo;
el que canta a tu figura
áurea y graciosa,
a las líneas que modelan el contorno
donde habito,
donde muero y resurjo
entre espuma vital.

Extasis suspenso.
Imagen genética de futuros inciertos,
forjadora de caminos conducentes
a las cúspides celestes,
donde sólo moran
los espítitus que grávidos
de ósculos
vuelan por el eter misterioso.

Soy juglar,
el que en cántico supremo
la sintaxis corporal
busca y rebusca;
para que así,
en el surco luminoso
de tu vientre,
la simiente de la vida deposite.